Una relación milenaria y una práctica espiritual, física y psicológica, ahora, al alcance de todas.
Una mujer en concreto, Gloria Alcaide, se dejó fascinar y cautivar por esta disciplina que hoy enseña desde lo más profundo de su corazón. Licenciada en Ciencias Químicas y doctorada en Medicina, Gloria ha practicado el Yoga durante toda su vida, ahora, anima a otras mujeres a hacerlo.
¿Qué te hizo querer dedicar tu tiempo y vida al Yoga?
Conocí el yoga de pequeña con mi madre –jugábamos a hacer yoga-. Mi madre se crió en Guinea Ecuatorial y allí comenzó a practicar en su juventud… El yoga no era desconocido para mí…. A lo largo de mi vida practiqué intermitentemente, pero desde el año 2000 comencé a practicar con más frecuencia. Practiqué diferentes estilos hasta que conocí el Yoga Iyengar en el 2008. A partir de ahí comencé a practicar con más asiduidad y practicar con diferentes profesores de esta línea, primero en España y luego fuera de España. He conocido a grandes profesores del sistema Iyengar y de otros estilos, poco a poco fui formando y hoy en día estoy certificada como E-RYT500 y YAI-500. Mi centro en Valladolid –Yoga Albahaca– y yo estamos reconocidos para la enseñanza de profesores.
Además y debido a la pandemia, tuve que reinventarme y creé una Escuela Online con cursos en línea, grabados, presenciales, semipresenciales y online. Aquí puedes encontrar la base para tu práctica para toda la vida, con mi asesoramiento y ayuda, para siempre.
¿Qué beneficios tiene el Yoga para la mujer en concreto?
El yoga, a diferencia de cualquier ejercicio físico, es completo a todos los niveles, se adapta a tu cuerpo y te ayuda a lidiar con los vaivenes de la vida, tanto a nivel físico como espiritual. Pero además, las mujeres estamos sometidas a muchos cambios hormonales a lo largo de los jalones de nuestra vida: pubertad, menstruación, embarazos, menopausia, sin dejar de lado todos los problemas en nuestros órganos genitales, muchos de ellos debido a nuestro estilo de vida y la poca atención que prestamos a nuestro cuerpo y sus necesidades.
Creo que la mujer se ha tenido que reinventar, hemos luchado para que nos consideren iguales al hombre y en derechos lo somos, pero la realidad es que esto ha producido muchos daños colaterales. Nuestra fisiología es muy distinta y deberíamos atender a nuestras necesidades femeninas, no podemos ni debemos competir a nivel físico con los hombres y por otro lado, lo que no deberíamos es ceder a las demandas de esta sociedad tan –todavía, desgraciadamente- machista. Y esto quizás no nos resuene en España, pero en cuanto te alejas de nuestras fronteras podemos comprobar lo lejos que estamos de una igualdad en ley, por supuesto, no voy a entrar sobre la igualdad en “la vida”.
Los tacones, los tampones, las ropa super ajustada, los tintes, las peluquerías, la cosmética…pienso que han hecho mucho daño…Quizás hoy en un día en el que queremos respetar más al planeta y buscamos productos eco, no dañinos, sostenibles, respetuosos con el medioambiente y los animales, los daños hacia nosotras mismas disminuyan. Pero en pos de la “belleza permanente y juvenil”, en pos de atraer al “hombre”, aunque sea subliminalmente, la mujer ha sufrido mucho en sus carnes. De ahí que a mí personalmente me encante tratar y ayudar a las mujeres, lo necesitamos. El término sororidad, me requetechifla… va siendo hora de dejar de competir por el macho alfa (real o metafóricamente hablando) y comenzar a apoyarnos las unas a las otras. Quizás me he ido un poco por las ramas, pero esta es una visión global del necesario cuidado y atención que, como mujeres, debemos prestar a nuestros cuerpos.
En el yoga hablamos de varios cuerpos que se superponen como las matrioskas… el cuerpo físico es el más externo y envuelvo a los cuerpos mental, emocional, espiritual… Por tanto cuando trabajamos sobre el cuerpo físico estamos afectando e interviniendo sobre los demás. Así una práctica adecuada –física- nos ayuda a sentir o solucionar problemas emocionales, estrés, etc.
Una práctica adecuada y organizada a lo largo del ciclo menstrual nos ayudará a mantenernos saludables y felices. Existe esa práctica para cada momento y aprender a gestionarla es importante. Además los problemas de los que nos pueden aquejar a las mujeres (menstruales, ginecológicos, emocionales, salud femenina…) tienen su solución a través de una práctica adecuada. En mi aprendizaje y práctica la vertiente terapéutica es fundamental. Creamos espacio y nos procuramos salud.
Me interesa tanto el tema de la mujer, como mujer y madre de mujer, que he desarrollado a lo largo de los años talleres específicos para mujeres y hoy en día tengo un curso online sólo para las mujeres: “Yoga para la Mujer”.
¿Pueden hacer yoga todas las mujeres, desde niñas a embarazadas, o ancianas?
Por supuesto, todas. Existen, como ya he comentado, adaptaciones para todos los jalones de la vida. Además usamos props (apoyos como mantas, ladrillos, cinturones, sillas, etc.) para que todo el mundo, sea cual sea su estado de salud y capacidad física, puedan practicar yoga.
HEYAM DUHKAM ANAGATAM
«Los problemas y dolencias que están por venir, pueden y deben evitarse».
Patanjali, sabio que transcribió la filosofía oral del yoga, Sutra 2.16.
La práctica del yoga es muy beneficiosa en cualquier momento de nuestra vida y sobre todo para las mujeres.
¿Cuál es la mejor forma de empezar a hacer yoga?
Desde mi punto de vista la mejor forma es acercarse a alguien que ya lo practique (maestro, profesor…) y que nos de pautas según nuestro estado de salud y necesidades. Los horarios, hoy en día, tienen más que ver con el horario personal y la vida a la que estamos sometidos. No se puede decir cuál es el “mejor” horario porque tendremos que adaptarlo a nosotr@s mismos.
Sí es recomendable tener el estómago vacío, sentirse limpio y con un espacio/material adecuado.
Las posturas deben ir aprendiéndose de forma gradual e insisto, debe ser tu profesor el que te guíe. Prueba diferentes profesores y estilos y así podrás elegir qué es lo mejor para ti, o con qué resuenas. Hay muchos estilos o tipos, pero el camino del yoga es único. Yoga solo es uno, pero podemos ir transitando por diferentes caminos. De hecho, podríamos decir que hay tantos estilos como profesores, por tanto lo mejor es probar y ver qué es lo que mejor se adapta a nosotros, nuestra personalidad y nuestras necesidades.
¿Hay hábitos o rutinas que faciliten y mejoren los resultados de esta actividad?
Podríamos decir que el yoga no es exactamente una actividad, más bien un estilo de vida. La práctica de yoga, a la manera tradicional, o según nos explica Patanjali en los Yoga Sutras, empieza con los Yamas y Niyamas, que son las restricciones morales y las pautas de vida, como los mandamientos cristianos. No hay nadie que nos obligue a ellos, ni su incumplimiento nos dirige al infierno… en este caso sólo se nos aconsejan si es que queremos avanzar en este camino. Si le damos una pequeña vuelta al asunto, realmente son fundamentales para poder ir avanzando en la práctica. Quizás el problema es la lectura y aplicación que cada uno hacemos de ellos.
Los Yamas: no violencia, veracidad, no robar, continencia sexual y no acaparar (codicia). Los Niyamas u observancias: limpieza –externa, interna o mental- , contentamiento, austeridad, estudio de las escrituras y devoción al Señor.
De manera meramente práctica el yogui y la yoguini de hoy en día tienden a la alimentación natural y sin excesos, lo que llamamos alimentación sátvica. Cuidamos nuestro cuerpo como vehículo del alma y normalmente buscamos una mente sana y limpia… Respetuosos con el ambiente y los seres vivos. En la Bhagavad Gita –la biblia hindú- Krishna instruye a Arjuna y le dice:
“El yogui ni come mucho, ni come poco; ni duerme mucho, ni duerme poco».
El practicante de yoga practica la moderación y el contentamiento. Evidentemente esto es la base de poder ir obteniendo mejores resultados.
¿En qué te ha cambiado esta práctica desde que empezaste?
Ahora gestiono mis dolencias y mantengo mi cuerpo en forma. Quizás, por el trato humano y la práctica de autopercepción desarrollo más empatía y compasión y soy más consciente de mí misma y de lo que me rodea, más respetuosa, amable… y en general, estoy bastante feliz de mi recorrido e ilusionada por lo que me queda por delante. Cuando me coloco sobre mi antideslizante el mundo se desdibuja y sólo me encuentro conmigo misma.
¿Qué te gustaría que la gente supiera sobre esta disciplina?
Esta disciplina, ciencia, filosofía nos ayuda a ser mejores seres humanos, sea cual sea tu religión y creencia. Cualquiera y a cualquier edad, en cualquier condición física puede practicar yoga y beneficiarse tanto a nivel físico como emocional. El yoga nos insufla un soplo de energía, vitalidad, alegría, entusiasmo… Los problemas de cualquier índole se encaran de otra manera. Vamos eliminando tensiones físicas y mentales. En definitiva nos ayuda a transitar por la vida, pudiendo expresar o desplegar la mejor versión de nosotros mismos. TODO UN LUJO asequible a cualquier bolsillo 😉
«Hari Om Tat Sat«
Gloria.
El Attelier Magazine