Son el evento de moda del año, reciben cientos de miles de asistentes y marcan lo que se llevará en las calles los próximos meses. Las grandes Semanas de la Moda se han convertido en un punto de encuentro donde moda, arte y personalidades convergen en una celebración al diseño y la creatividad. Pero, ¿conoces la historia detrás de las Semanas de la Moda?
Donde empezó todo. El origen de las semanas de la moda
Nueva York, año 1943. Una reputada Eleanor Lambert, directora de prensa de The New York Dress Institute, ve en la Segunda Guerra Mundial una oportunidad para la moda estadounidense. La Francia beligerante y atormentada por los golpes de uno de los mayores conflictos bélicos de la historia de la humanidad ya no podía ser fuente de inspiración para la moda.
Eleanor planeaba atraer la atención de los seguidores de los eventos de moda franceses a su país, Estados Unidos. El sector de la moda en el país, cambió por completo, desarrollando una voz propia. Los diseñadores dejaron atrás el anonimato como empleados de grandes empresas, y empezaron a crear sus propias marcas y se empezaron a organizar los primeros eventos promoviendo la moda americana.
Aprovechando el momento que la industria de la moda estaba experimentando en América, y la falta de desfiles o creaciones en París a causa de la guerra, Eleanor puso el foco internacional en la moda estadounidense, creando la primera semana de la moda: la Press Week. Ésta iba dirigida a periodistas del sector, que promoverían y pondrían en valor a los diseñadores nacionales. Hubo 53 editores invitados (un tercio de los que acuden hoy), y el evento tuvo tal éxito, que revistas de moda como Vogue comenzaron a ensalzar los diseños americanos y ya no tanto los franceses.
The Big Four
New York Fashion Week
La primera del año y la que más desfiles ofrece, no recibiría este nombre hasta 1993. El prestigio y la popularidad que ofreció la Press Week ayudó a Estados Unidos a consolidarse como una gran fuerza a tener en cuenta en la industria de la moda.
La década de los 90 marcaría la tendencia del front row, con el auge de los asistentes celebrities como Julia Roberts, Leonardo DiCaprio, Mariah Carey o Drew Barrymore. La evolución de este evento dio lugar a desfiles más grandes, mejor organizados y en distintas localizaciones. Hoy, además de presentar las colecciones de los mayores diseñadores del panorama de la moda, crea auténticos shows ambientados para contextualizar y representar las creaciones de los diseñadores.
Nueva York, la ciudad que nunca duerme, nunca olvida tampoco su espíritu comercial, donde los desfiles están repletos de celebridades para seguir atrayendo al mayor número de periodistas y compradores posibles. Las colecciones, aunque tienen su parte innovadora, se presentan de manera segura para no dejar de ser mercancía. En esta ciudad el objetivo es crear ropa usable pero emblemática para el día a día, y eso se refleja en los visitantes que acuden al Lincoln Center cada temporada.
Paris Fashion Week
En las décadas de los 20 y 30, París estaba repleta de nombres famosos en el mundo de la moda. Desde la discreta comodidad de Coco Chanel, hasta los experimentos surrealistas de Elsa Schiaparelli y los drapeados fluidos de Madeleine Vionnet, la ciudad era un hervidero de talento creativo.
Los desfiles de esa época dejaron de lado las grandes fiestas y se convirtieron en presentaciones más íntimas y personalizadas. Cada casa de moda mostraba sus colecciones en eventos exclusivos, solo para clientes selectos y con un pequeño grupo de modelos. Los diseños se guardaban celosamente, temiendo ser copiados, y en una época muy alejada de la constelación de cámaras de hoy en día, se prohibía estrictamente la entrada a los fotógrafos.
Epicentro innegable del diseño durante mucho tiempo, tendría que esperar hasta 1973 para ver su primera Semana de la Moda. Aunque la presentación de las colecciones comenzó a finales del siglo XIX en las maisons de couture y salones de París. Charles Frederick Warth, el considerado padre de la alta costura, ya organizaba eventos reducidos con clientes muy selectos para mostrarles los diseños de su nueva «colección» en modelos reales. Estos eventos, con el paso del tiempo, empezaron a formar una experiencia llena de detalles, como la decoración o la música.
Y entonces llegaría 1973 y la Batalla de Versalles, una noche legendaria que enfrentaría a la moda francesa (Yves Saint Laurent, Christian Dior, Pierre Cardin, Hubert de Givenchy y Emmanuel Ungaro) con la norteamericana (Oscar de la Renta, Anne Klein, Stephen Burrows, Halston y Bill Blass) en lo que resultaría una celebración exquisita de arte y moda.
Un espectáculo sin precedentes que acabaría siendo la primera Semana de la Moda de París con la Alta Costura, la elegancia y la sofisticación como pilares fundamentales. Desde este momento, Paris se posiciona como la capital de la moda, el referente para todas las fashionistas, siendo un sueño de muchas amantes de la moda el ir de compras en París o asistir a cualquiera de los espectáculos de moda que se celebran en la capital francesa.
La moda parisina ha sido testigo de desfiles cada vez más atrevidos y audaces. Desde el espectacular show de Thierry Mugler en 1984, que llenó el estadio Le Zenith con 6.000 personas, hasta el icónico desfile de Jean Paul Gaultier con sus sujetadores cónicos que Madonna haría famosos en su gira Blonde Ambition de 1990.
Hoy en día, los desfiles en París son más espectaculares que nunca. Las marcas se esfuerzan por crear sets personalizados que van desde estaciones de tren hasta supermercados, desde aeropuertos hasta tiovivos. Karl Lagerfeld fue el maestro en este arte durante su tiempo en Chanel, superándose a sí mismo en cada temporada.
Milan Fashion Week
Tras la gran repercusión de la Press Week, el emprendedor italiano Giovanni Battista Giorgini se sintió inspirado y organizó, en 1951, una serie de desfiles en la Villa Torrigiani, su residencia privada de Florencia. Él, al igual que hizo Eleanor, quería dar a conocer internacionalmente la moda italiana, apenas conocida por aquel entonces y eclipsada por la francesa; y lo logró, a partir de entonces, se empezaría a hablar de ella.
Dos desfiles por año, uno en enero y otro en julio, a los que acudían multitud de personas, así comenzó. En 1957, el éxito de la ciudad con este evento fue tal, que ya no había capacidad para acoger a tanta gente y se trasladó a Milán en 1958. Desde entonces, es la capital de la moda en Italia y su Semana de la Moda, se vanagloria de ser la más glamurosa, extravagante y seductora de las Big Four.
London Fashion Week
La más joven de las Big Four. Inaugurada solo un año después que el British Fashion Council, en 1984. La escena de la moda londinense se caracterizaba entonces por la rebelión, la contracultura y las fiestas. Y así, en un escenario nada glamuroso, como era un aparcamiento de coches, tuvo lugar la primera Semana de la Moda de Londres. Solo habría 15 desfiles, pero sería suficiente.
Diseñadores tan importantes como Vivienne Westwood o un joven John Galliano, presentaban sus colecciones al abrigo de la ciudad más cool del momento. Organismos públicos y personalidades como la princesa Diana de Gales respaldaron y acogieron estos eventos, así como la moda de los diseñadores británicos en su ciudad y en sus armarios. En los 90, aguantando las sacudidas de la crisis, la Semana de la Moda de Londres vería surgir nombres como Stella McCartney y Alexander McQueen. Iconos a los que seguirían muchos más. La London Fashion Week se caracteriza hoy por presentar los diseños más innovadores, provocativos y creativos del panorama estilístico.
No es de extrañar que piezas icónicas como la minifalda hayan nacido en este lugar. Y es que en Londres no se conforman con exhibir nuevas tendencias, sino que van más allá, ofreciendo una visión vanguardista del estilo. Vivienne Westwood y Christopher Kane son solo algunos de los ejemplos que demuestran que los ingleses no tienen límites cuando se trata de marcar tendencia.
Más allá de las Big Four
Sí, además de las cuatro grandes Semanas de la Moda, ciudades importantes y capitales de todo el mundo acogen eventos dedicados al diseño. Madrid, Berlín o Copenhague, son solo algunas de ellas. La Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid, por ejemplo, integró la moda española en el panorama internacional de la mano de nombres como Roberto Verino y Adolfo Domínguez. La Copenhagen Fashion Week, por otro lado, ha dado mucho de hablar en los últimos años siendo una de las más seguidas internacionalmente con el foco en la sostenibilidad, la digitalización y los diseño. Algo que en un futuro no muy lejano, puede que caracterice a todas las grandes Semanas de la Moda.
El Attelier Magazine