Con el medio ambiente y el feminismo como pilares fundamentales, sus diseños son un ejemplo de emprendimiento y modernidad. Hablamos con Alejandra Zaragoza sobre sus diseños y trayectoria.
La moda es vehículo de cambios, ideologías, culturas, sociedades y emociones. Todo ello, expresado a través de una camiseta, un vestido o un par de zapatos. Lejos de la frivolidad habitualmente atribuída a ella, la moda puede ser inspiración y cambio. Alejandra Zaragoza decidió llevar la moda y todo lo que implica hacia la sostenibilidad y el feminismo con su marca personal. A través del diseño sostenible y reivindicativo, Alejandra crea prendas únicas a partir del upcycling diseñado con ética.
¿Qué te hizo querer dedicarte a la moda? ¿Fue el aspecto sostenible y reivindicativo de la moda lo que te hizo querer aportar y dedicarte al diseño o fue tras entrar en el mundo de la moda que decidiste asumir esos aspectos en tus diseños?
Desde pequeña he sido muy creativa en cuanto a la ropa. Cuando compraba alguna prenda siempre pensaba en transformarla o customizarla. De forma paralela a esto, siempre he sentido mucho respeto por la naturaleza y los animales, de hecho con unos 8 años me apunté a Greenpeace. Y respecto a lo social, siempre he estado muy concienciada en trabajar en condiciones laborales dignas porque mi madre ha sido aparadora. Así que, cuando empecé a estudiar moda y descubrí la moda sostenible sentí que había encontrado mi camino en el que unir la creatividad, el cuidado por el medio ambiente y las personas y la reivindicación de los derechos sociales.
¿Qué quieres lograr personalmente con tu marca?
Me gustaría ser parte del cambio. Enseñar a las personas que se puede vestir de forma sostenible y además reivindicando las causas que importan. Además, fomentar hábitos de consumo responsable, qué la gente piense antes de comprar, valore las prendas, sepa el impacto que tiene cada cosa que consumen y el trabajo que eso conlleva. De forma más personal, poder vivir de mi sueño, que es trabajar en algo creativo y con ello poder ayudar a las personas y al planeta. Ahora mismo no puedo vivir de mi proyecto y lo tengo que compaginar con otros trabajos.
¿Qué crees que debe cambiar en la industria de la moda?
Para empezar, tiene que cambiar la forma en que se produce y se consume la ropa. No se deben crear cincuenta y dos colecciones al año con la cantidad de prendas que eso supone, además de fomentar la compra por impulso o la compra de usar y tirar. Por otro lado, se deben cambiar los materiales con los que se hace moda. Elegir alternativas más sostenibles: como los tejidos naturales o los reciclados. Además, hacer prendas duraderas, de calidad y atemporales para alargar su ciclo de vida y que no acaben en los vertederos generando la cantidad de residuos que eso está ocasionando. También elegir proveedores de cercanía para no ocasionar tanta huella de carbono y así poder aportar economía a nuestra zona. Y, por supuesto, unas condiciones laborales dignas. Creo que para empezar a cambiar la industria son algunas ideas.
¿Qué hace que una marca sea verdaderamente sostenible o reivindicativa y qué hace a tus diseños sostenibles y reivindicativos?
Para mi es un todo, lo que hablaba antes, producir de una forma consciente, con proveedores de cercanía, pensando en causar el mínimo impacto posible con los materiales y los procesos. Hacer productos de calidad y atemporales para que sean lo más duraderos posibles. Y además, ser transparente haciendo conscientes a las personas de la trazabilidad de los productos. Creo que producir así ya es bastante reivindicativo. Y si además en el producto que hagas le metes algún mensaje reivindicando algo social le estás aportando más valor todavía. En mi marca cuando creo algún producto tengo en cuenta todo esto. Además de poner un precio accesible para el usuario, porque para mí no tendría sentido crear algo que no pudieran adquirir. Y mi forma de reivindicar se ve más claro en las ilustraciones. Ahora mismo solo tengo una colección, “Feminist Future” , en la que reivindico la igualdad de derechos sociales y la eliminación de tabúes.
¿Cuál es ese pequeño cambio o conjunto de cambios que un consumidor podría hacer para volverse más consciente del medio ambiente?
Pensar antes de comprar, comprar lo que necesita, de lo que se enamore y quiera que pase mucho tiempo con el. Apostar por proyectos locales, que sepan que van acorde a esta filosofía, para que estos proyectos vayan creciendo y mejorando en esa dirección. No hay que olvidar que cada compra es un voto.
¿En qué otros proyectos te has involucrado recientemente o planeas/deseas involucrarte?
Estoy metida en muchos proyectos, quizás en más de los que debería, pero no me apetece apartar ninguno. He estado en la asamblea feminista de Elche, que es donde vivo, ayudando a organizar la manifestación del 8M. Hace poco he creado junto con otra compañera “La Fiesta del Intercambio de ropa”, que es un armario colaborativo donde las personas dejan la ropa que ya no se ponen y a cambio les damos unos puntos con los pueden adquirir las prendas que han dejado otras personas. Además, estamos dando talleres de reciclaje textil para fomentar la reparación y creación de prendas a partir de ropa que ya no usamos. Y por último, voy a empezar a crear junto con Margallo-Ecologistas en Acción un proyecto de reciclaje textil y eliminación de residuos. Ya que Elche es una de las ciudades de España donde más calzado se produce con los residuos que ello conlleva y no hay una buena gestión de todo esto. Así que, de momento, estos son los proyectos en los que estoy metida y de los que espero contaros la evolución más adelante.
El Attelier Magazine
