Crisis y moda, cuando las tendencias acompañan al cambio

Crisis y moda, cuando las tendencias acompañan el cambio

Que la moda es el escaparate de la sociedad no es ningún secreto. Cultura, religión y política siempre han influido en aquello que poníamos sobre nuestros cuerpos, pero ¿Y si te dijera que es la situación económica de un país es la que define más que otros factores las tendencias sobre las pasarelas?

Crisis y moda, cuando las tendencias acompañan el cambio
Kim Kardashian vistiendo una gabardina cubierta de billetes de dólar

Cuando la economía baja, los tacones suben

La funcionalidad y forma de nuestros zapatos ha variado siempre según tendencias y estilos que evolucionan y cambian, pero hay una tendencia de calzado crucial que pasa desapercibida: la fluctuación en su altura y su correlación con la economía. Expertos en moda y economía han avistado en estas dos variables una relación significativa que sigue un patrón establecido: los tacones comienzan a aumentar su altura justo tras una desaceleración en la economía. Podría atribuirse al ciclo de tendencias, por el que, teniendo en cuenta que ahora, en 2022, nuestra ropa está influenciada por décadas anteriores y tendría lógica asumir que los zapatos también. Pero una cosa está clara, lo flamante y la crisis financiera, han ido mano a mano durante toda la historia de la humanidad. Esto, unido a una mirada retrospectiva a décadas de investigación en la moda del calzado no hace sino revelar que los tacones subieron a sus mayores alturas durante las peores recesiones económicas. ¿El motivo? La fantasía de escapismo.

“Por lo general, en una recesión económica, los tacones se suben y se mantienen a medida que los consumidores recurren a modas más extravagantes como un medio de fantasía y escape”.

Dr. Trevor Davis, experto en productos de consumo de IBM Global Services.
Crisis y moda, cuando las tendencias acompañan el cambio

Situemos la vista atrás, hacia los locos años 20 y veríamos que, tras la Primera Guerra Mundial, tanto la sociedad, como la moda, se adentraron de lleno en la prosperidad, la indulgencia y la relajación, dando lugar a un calzado más cómodo. El zapato de la década sería el salón de tacón con una o varias tiras en formato Mary Jane’s u Oxfords, siempre conservando la comodidad y versatilidad y, para ello, casi nunca superando una altura de cinco centímetros. Pero cuando llegó la Gran Depresión en octubre de 1929, la caída bursátil afectó a la economía mundial y la tendencia en la moda de primera mitad de década experimentó un período de austeridad. Salvo por los zapatos. 

El calzado femenino seguiría adelante evolucionando y añadiendo ornamentación y altura a sus tacones, ahora situada en los siete u ocho centímetros. Sin olvidar que fue aquí, en 1938, cuando se inventó el zapato de plataforma tal y como lo conocemos en la cultura occidental de la mano de Salvatore Ferragamo. La gran pantalla, las actrices del Hollywood clásico y la publicidad, impulsaron la moda femenina de la segunda mitad de 1930 hacia el romance, la feminidad, la sensualidad y el glamour. Para 1930, los zapatos planos, estaban completamente fuera y todos los zapatos, incluso los de deporte, comenzaron a incorporar un tacón. La altura y decoración de los zapatos entonces ha sido atribuída por muchos a unas mujeres que buscaban distraerse de la horrible situación aparentando ser lujosas y glamurosas en las pequeñas cosas que se podía. Aquí aparece un concepto interesante que se repetiría hasta el día de hoy: el escapismo a través de la moda. Pero no vayamos tan rápido, volvamos atrás en el tiempo, concretamente a los 60’s.

Salvatorre Ferragamo Rainbow Sandal (1938)
Salvatorre Ferragamo Rainbow Sandal (1938)

Los felices años 60, la década del pop, los hippies y la psicodelia. Felicidad y paz tras la traumática Segunda Guerra Mundial y, una vez más, zapatos bajos. El calzado plano, cuando no con un pequeño tacón cuadrado, era el go-to de la década. Pero cuando llegó 1970 y el deseo juvenil de alejarse del pasado unido a las revueltas climáticas, raciales, feministas y antibélicas llegaría una nueva moda. No olvidemos la latente Guerra de Vietnam y las dos grandes crisis del petróleo durante esta década que resultaron en una recesión económica global. Como una especie de forma de reavivar la situación de la década, la moda nos dejaría algunos de los mejores y más creativos estilos experimentales que nos brindarían las evoluciones más altas y grandes en el calzado. Los zapatos, tacones y plataformas se subieron más alto que nunca. Sandalias, botas y hasta calzado masculino. 

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Los 70’s contribuyeron a la historia del calzado con sus llamativas botas de plataforma

Habría que esperar a los avances y la recuperación económica de los 80’s y 90’s para volver a ver como los tacones tomaban un paso atrás, o más bien, abajo. La moda casual influenciada por el deporte en los 80’s y el grunge en los 90’s trajo deportivas, botas militares y loafers, todos, zapatos planos. No sería hasta finales de década, en las puertas de los 2.000 que se vería el retorno de las plataformas en acción de la mano de diseñadores como Vivienne Westwood, lanzando plataformas ‘ridículamente’ altas en sus colecciones, o de la mano de artistas musicales como las Spice Girls. Pero ¿Qué estaba ocurriendo entonces? 

Crisis y moda, cuando las tendencias acompañan el cambio
Naomi Campbell durante el desfile de Vivienne Westwood en 1993

Quizá te suene el término “burbuja de las punto-com”, pues pese a sus augurios de crecimiento económico y una ‘nueva economía’, el tiempo traería su devaluación y muchas de estas empresas quebraron o dejaron de operar. Empezaba la recesión económica de principios de los 2.000 y, como ya hemos visto antes, los zapatos de las mujeres, siguieron el camino contrario y continuaron su florecimiento. Con las jóvenes mostrando devoción por las plataformas, las mujeres adultas ven como los stilettos aparecen en escena y se convierten en objeto de deseo. Seguro que os suenan los Manolos de Carrie Bradshaw… ¿Y los Lita de Jeffrey Campbell? No es casualidad que estos hicieran su aparición en escena durante otra gran crisis económica, la de 2008. 

Los botines Lita de Jeffrey Campbell fueron un icono de la moda y las redes sociales en la década de 2010
Los botines Lita de Jeffrey Campbell fueron un icono de la moda y las redes sociales en la década de 2010
Los extravagantes Alien shoes Alexander McQueen hicieron su aparción estelar en 2010
Los extravagantes Alien shoes Alexander McQueen hicieron su aparción estelar en 2010

Con la paulatina recuperación llegarían tacones más delicados, bajos y cómodos. Pero hoy, la historia se repite; y tras una pandemia mundial a causa de la Covid-19 y sus nefastas consecuencias en la economía mundial, estamos viendo el lento pero seguro resurgimiento de las plataformas, tanto de la mano de diseñadores de prestigio como Valentino o Moschino, como de marcas afamadas gracias a estas mismas tendencias, como Naked Wolfe o Nodaleto. Y es que qué chica no sueña hoy con unos Medusa Aevitas de Versace, unos Chunky Loafers de Prada o con las Kiki Boots de Marc Jacobs. La altura y la excentricidad llevadas al exceso tras un confinamiento en el que el confort ha tomado el lugar del estilo y el estilo ha reclamado su lugar en nuestras fantasías, dejando claro que el deseo de extravagancia a la hora de vestir, hoy y hace 90 años, no es capricho vacío. 

Los Medusa Aevitas de Versace han sido Los zapatos de 2021 y parece que lo seguirán siendo durante 2022
Los Medusa Aevitas de Versace han sido “Los zapatos” de 2021 y parece que lo seguirán siendo durante 2022
Marc Jacobs presentó las botas Kiki Willems en el desfile de primavera de 2017, hoy son un objeto de deseo y forman parte del armario de artistas como Olivia Rodrigo
Marc Jacobs presentó las botas Kiki Willems en el desfile de primavera de 2017, hoy son un objeto de deseo y forman parte del armario de artistas como Olivia Rodrigo

Rodillas desnudas, mercado al alza

Al menos según The Hemline Index, o lo que vendría a traducirse al español como “El índice del dobladillo”. Una teoría macroeconómica que apunta al largo de la falda de las mujeres como un pronosticador de las acciones y su valor en el mercado. Según esta teoría, a más corta la falda, mejor está la economía, mientras que una falda más larga es un indicador de un momento de crisis.

La historia lo ha ratificado. Los centímetros de dobladillo de la falda suben junto con los precios de las acciones. Eso explicaría por qué en épocas de recuperación y prosperidad económica, como las décadas de 1920 y 1960, viéramos subir (y popularizarse) los largos de las faldas hasta dejar ver los tobillos y las rodillas respectivamente. Alturas hasta entonces no propasadas. En contraposición, durante eventos de desaceleración y crisis como el Crash de Wall Street de 1929 o la Segunda Guerra Mundial, la altura de las faldas descendía casi de la noche a la mañana.

¿Conclusión? En buenas economías, hay más minifaldas. ¿Explicación? El mejor estado de ánimo y de nuestras carteras. Sí, llevar una falda corta es más caro que llevarla larga. El hecho de mostrar las piernas para una mujer suele conllevar una inversión en productos para que estas se vean bien, como cremas hidratantes, depilación y hasta mejores zapatos, cosas que una falda larga oculta. Parece que tener más dinero y ser más feliz influye, no sólo en las prendas que llevamos, sino en las tendencias que las fundamentan.

Tendencias del New Look de Dior
El New Look de Dior, caracterizado por figuras marcadas y largas faldas nacería durante la Segunda Guerra Mundial
Tendencias moda minifalda
Los 60’s vieron nacer a la minifalda como una prenda revolucionariamente corta en un momento revolucionariamente alegre

¿Casualidad o constante?

Los tacones y las faldas, son el nuevo indicador económico. Son solo teorías, pero la historia de la moda y sus tendencias han hablado, dejando claro que las tendencias en la moda, lejos de ser una casualidad son una constante.

El Attelier Magazine

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