La inspiración para crear un diseño puede venir de cualquier lugar y, en muchas ocasiones, los diseñadores crean prendas que tienen que ver mucho con un país o una región. En este caso hablamos de las blusas étnicas. Es decir, aquellas que tienen bordados geométricos y que se convierten en una pieza esencial para tener un estilo folk.
Las tendencias aparecen y desaparecen, pero hay modas que se quedan por muchos años que vayan pasado y esas son las que se hacen con diseños tradiconales para enaltecer la cultura de un país. Si hablamos de España, en primer lugar se nos viene a la cabeza un vestido de flamenca, pero ¿Qué hay de otros países? ¿Que tiene que ver eso con la blusa étnica?
En primer lugar, decir que la moda de Europa del este está teniendo mucha influencia, tanto en la pasarela como en la calle. El arte más tradicional se globaliza y llega a un mayor número de personas gracias a las colecciones de los diseñadores con más renombre. En este sentido, hablamos de la inspiración rumana.
El perscusor de esta tendencia fue Yves Saint Laurent, quien decidió subir en 1981 por primera vez a la pasarela la prenda de vestir más característica del este de Europa basándose en el cuadro de ‘La blouse Roumaine’ pintado por Henri Matisse. A partir de ese momento, otros diseñadores como Oscar de la Renta en el año 2000, Jean Paul Gaultier en 2006, Tom Ford en 2012 o Isabel Marant en 2013 también apostaron por esta estética y actualmente este tipo de blusas están más de moda que nunca.



Esta prenda étnica se caracteriza por ser de algodón y tener muchos bordados, encajes y puede ser en blanco y negro -tal y como es la original- o una gran variedad de colores. Es una pieza muy versátil y perfecta para el verano porque es muy ligera y se puede combinar con todo tipo de faldas y pantalones.
El Attelier Magazine