Elena Rial es una diseñadora que comenzó sus estudios en el mundo de la moda con 19 años. Al preguntarle sobre el origen de su interés en el sector textil, Rial no sabe responder con certeza. ¿El motivo? a diferencia de otros profesionales del mundo textil, nadie de su familia se dedica a la moda y empezó a interesarse por la confección sin saberlo porque desde bien pequeña coleccionaba retales y tejidos porque le llamaban la atención y los guardaba como un tesoro hasta que se convirtió en una apasionada de los estampados y una joven talento que está marcando mucho terreno a nivel nacional gracias a sus propuestas.
Entre sus estudios de Publicidad y Relaciones Públicas y Diseño Textil, Elena Rial se ha hecho un hueco y un nombre en el mundo de la moda porque se presentó a varios concursos en EEUU, Alemania y Serbia especializándose tienen en los estampados y los bordados artesanales.

En septiembre de 2014 participó por primera vez en Ego, Madrid Fashion Week con la colección Vivian girls y en septiembre de 2015 con la colección Hey Boo. Sin embargo, en septiembre de 2016, su tercera edición para la pasarela dedicada a los nuevos talentos, Elena Rial consiguió el premio Mercedes Benz Fashion Talent por su visión diferente y vanguardista de la moda con la colección Rumspringa.

Para crear las prendas, la diseñadora se inspiró en la cultura de los Amish, un pueblo que se mantiene apartado del resto, tiene su propio idioma y recrean las costumbres de los siglos XIX y XX. De esta forma, la colección se trata de representar el momento en el que los adolescentes Amish pueden salir de su comunidad para explorar la ciudad y decidir si quieren volver o vivir por siempre acorde a la actualidad. La palabra que define este momento es Rumspringa y de ahí la inspiración y el nombre de la colección.

De esta forma, Elena Rial trata de explorar la época concreta de un joven Amish que cambia su forma de vestir en un momento en el que las dos culturas se mezclan.

La diseñadora juega con la superposición y las texturas. La mezcla resulta un poco extraña, pero retrata a la perfección el choque cultural de los dos mundos. Las camisas estrictas de cuadros se mezclan con pantalones deportivos y los tejidos son livianos y revelan el cuerpo, añadiendo bordados y cuellos llamativos a las creaciones. En definitiva, una colección fantástica que la joven promesa de la moda resuelve con delicadeza para contrastar con la estética Amish sin que ésta pierda en ningún momento su esencia.
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